enero 2008

VMware: Unable to connect to the MKS

A veces, cuando jugamos con varias instancias de VMware (por ejemplo, una abierta en sesión remota desde NX y otra en local) nos da el siguiente mensaje de error al intentar visualizar una maquina virtual:

Unable to connect to the MKS: You need execute access in order to connect with the VMware Server Console. Access denied for config file: /mnt/maquinasVirtuales/soVirtual/maquinaVirtual.vmx.

Para resolverlo sólo habrá que ejecutar desde un terminal lo siguiente:

chmod +x /mnt/maquinasVirtuales/soVirtual/maquinaVirtual.vmx

La solución la encontré en Mark’s (we)Blog].

Porcelina of the Vast Oceans

Un de esas canciones en las que me quedo ensimismado escuchando, profundizando poco a poco y una de mis preferidas para mis largas noches.

Año 1996, en un directo desde Alemania en Rockpalast:



Otro directo, mayo de 1996 en Brixton Academy, Londres:



La historia de mi hermana

Mi madre, allá en los años 80, se le ocurrió la feliz idea de tener una niña.

– Sí, mire, quisiera tener una niña para dentro de 9 meses, ¿cómo van de stock?
– Ah, pues es que sólo nos quedan niñas de raza aria ¿le va bien una?
– Sí, no hay problema, no hago discriminaciones ^_^ .

Al cabo de nueve meses llegó una niña rubia, de tez blanca un tanto revoltosa que poco más tarde acabaría escuchando Rammstein, manteniendo al alcance de la mano un bate de béisbol y marcando un carácter un tanto irascible.

Y antes de escribir esto me dijo:

«Pero lleva cuidado con lo que escribes, no me tomen por una skin…porque te rajo xD»

No sé por qué me recuerda tanto la niña de la foto (ampliadla) a ella 🙄


nina_mala.jpeg

¡No te oigo!

Hace unos días cruzaba, a media mañana, un parque en el que se encontraba sentada en un banco una chica que hablaba por el teléfono. Era la segunda vez que la veía y en ambas ocasiones pensé lo mismo: ¿Para qué narices usa un teléfono si con las voces que da se le escucha a varios kilómetros a la redonda?

La primera vez que la vi hablaba de que ella no tenía problemas por la noche, no tenía miedo, que llevaba una pistola en el bolso….y un vozarrón de la hostia que echa para atrás a cualquiera, añadiría yo.

La segunda vez intentaba explicarse pidiéndole a su interlocutor que la dejase hablar, que no la interrumpiese porque, literalmente: «[…] se me está poniendo la sangre que…que se me sale por las orejas […]». Quizás la sangre saliese de su oído por ser incapaz de aguantar las ondas acústicas que producía su propia voz.


munch_el_grito.jpeg

Lo cierto es que esta vivencia me recordó al artículo de las Jessi.