Entre el martes y el miércoles, dos personas me dijeron dos cosas que trastornaron mi fin de semana y parte de la semana siguiente. Una fue para bien, pues me hizo recobrar los ánimos y logré terminar una pequeña práctica que tenía clavada. La otra persona, sin embargo, me generó un nerviosismo insaciable centralizado en el estómago durante días. Lo más parecido a esto es minutos antes de realizar un examen, pero no sabía que pudiesen durar durante días. Lo curioso fue que no me puse nervioso cuando me lo dijo sino cuando recapacité sobre el tema.
El que me conozca sabrá que no me pongo nervioso por cualquier cosa, que soy bastante tranquilo….pero supongo que hay ciertos temas que me tocan de manera especial 🙂 .