Las situaciones contradictorias me resultan chirriantes y son fruto, sobretodo, de personas que no son consecuentes. No me parece mal que alguien diga lo que supone que es correcto hacer y después haga todo lo contrario bajo un «Por que me da la gana», pues es obvio que cada persona tiene su propia escala de valores, en el que algunas veces puede predominar la autocomplacencia por encima de lo correcto (que esto daría para otro post). Lo que me resulta chirriante es la persona que interpone excusas para justificarse.
Podemos encontrarnos, por ejemplo, con alguien que apoya la homeopatía, los remedios naturales y que cree que los alimentos de hoy en día no hacen más que enfermarnos para beneficio de las farmaceuticas, pero es incapaz de dejar de hincharse a fumar bajo la excusa de «Peores cosas tomamos sin saberlo en los alimentos» y poniendo en duda que el tabaco sea causante de diversos cánceres.
También podemos conocer gente que te cuenta desde su sofá, con el porro en la mano, que la maría le ayuda a relajarse y facilitarle el estudio, pero se queda justo en la fase que viene antes de la de abrir el libro.
Pero, sin duda, el género de individuos más chirriante es aquel que critica, humilla e infravalora desde su posición ego-elevada a otros, sin darse cuenta de que ellos mismos son iguales, peores o, simplemente, de vidas totalmente diferentes. Lo que me recuerda el siguiente dicho popular:
Ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio.
Lo divertido de esto es que la primera parte de este post me podría agregar al grupo de los del refrán.
La gente es bastante hipócrita de por sí.
Que levante la mano quien considere que no cumple los requisitos para ser agregado al grupo de los del regrán, y ya nos engaremos los demás de comprobar si de verdad es así o no…
Yo soy una de las contradictorias cuando afirmo que fumar es malísimo mientras me enciendo un cigarro, eso sí, nunca se me ocurriría comerle la cabeza a nadie diciendo que lo deje.
Soy una gran defensora del libre albedrío siempre que lo que hagas no moleste a nadie más que a ti.
Un bico.
@Jake : sí, creo que ese adjetivo se ajusta.
@Griselda : creo que uno de los problemas es, precisamente, el juzgar a los demás.
@Tuxina : eso es tener las ideas claras.
Lo que me parece la mayor hipocresía es que un ex-fumador/a quiera fastidiar a los que aún lo son haciéndose el benefactor de los desvalidos, cuando la realidad es que los odia por envidia podrida.
@si, bwana : un poco raro sí que es.
A veces cuesta mantener los principios por encima de los caprichos. Tal vez lo mejor sea hacer lo que se quiere sin ofender ni molestar al resto, ni con actos ni con comentarios, no?
Aunque claro, también están las ocasiones inintencionadas, porque errores cometemos todos…
@pausem : mientras sepas diferenciar tus caprichos de tus principios no hay inconveniente, el problema yo lo veo cuando se mezclan. Sobre las cosas no intencionales muchas veces no se pueden controlar, no puedes tener culpa de ello, como mucho puedes ser aun más previsor para la próxima, nadie es perfecto como decían en Con faldas y a lo loco xD .