El lunes fui reclutado para realizar tareas de desplazamiento de moviliario, todo gracias al evacuamiento que está haciendo mi hermano de su oficina. Parte de esta tarea la hicimos con un pequeño Rover 25, haciendo viajes desde el centro de la ciudad hasta un chalet que está a tomar viento entre las montañas (de esas que se caen a pedazos).
Pues en uno de los viajes nocturnos, con los asientos traseros del R25 abatidos y lleno hasta los topes, fuimos por una carretera tortuosa llena de grava y baches, pendientes hacia arriba y abajo. Ha escasos 40 metros de la entrada del chalet, subiendo por una de las pendientes, escuchamos un fuerte golpe en la parte derecha trasera del coche y mi hermano freno el coche en seco (pasamos de 2Km/hora a 0Km/hora). Entonces creímos que el chasis del coche había dado con un saliente y que habría dejado una buena marca. Decidimos terminar de subir la pendiente y bajar para ver los desperfectos, así que mi hermano termino la subida de la pendiente con ciertas dificultades, quizás por la gravilla.
Bajé del coche y palpé el chasis de atrás sin notar nada raro mientras mi hermano se acercaba con la linterna del móvil para verlo un poco mejor (era de noche, a eso de las 22 y la luna no proporcionaba mucha luz). Entonces vimos que no había nada raro y bajamos a ver la rueda.
Yo: mmm, es cosa mía y la rueda está hundida en la arena o ¿está desinflada?
Una milésima de segundo después nos dimos cuenta de un boquete de 4 dedos en medio de la rueda.
Hermano: jooder, nos hemos cargado la rueda, así no sé si vamos a poder volver…
Yo: bueno, la cambiamos y listo ¿no?
Hermano: eso si es que tenemos una rueda de repuesto, porque la última vez que cambié las ruedas no sé si dejé una de repuesto.
Lo lógico del momento hubiese sido abrir el maletero y ver si había rueda o no….pero lo teniamos lleno de cajas y muebles, así que empezamos a vaciar el coche rápidamente. Cuando terminamos levantamos el tapiz del maletero con cuidado y vimos que había una maravillosa rueda con su gato negro y el gira-tuercas.
Mi hermano coloca el gato debajo del coche y le da a la manivela para subirlo un poco (por cierto, vaya mierda de manivela, no hacía más que salirse de su sitio). A partir de ahí estuvimos 10 minutos de reloj para saber cómo narices sacar la tuerca de seguridad utilizando un estúpido cilindro de plástico. Después sacamos el resto de tuercas y llegó el momento de la extracción de la rueda. Para ello mi hermano terminó de subir el coche con el gato hasta que la rueda no tocase el suelo y se dispuso a tirar de ella hacia fuera. Pero aquello no salía.
Hermano: esto no sale y no quiero tirar muy fuerte porque el gato se mueve de su sitio (es lo que tiene la arena).
Yo: pero la rueda ¿al menos gira o está enganchada?
Hermano: no, no gira y creo que la rueda ya no toca con el suelo (estaba oscuro oscuro….).
Yo: y si pruebas a quitar el freno de mano.
Hermano: pues va a ser eso.
Quitamos el freno de mano, dejamos puesta la primera marcha para que aquello no se mueva fácilmente y mi hermano vuelve a tirar de la rueda…y no salía.
Hermano: es que si tiro más fuerte el gato se va a salir y aquí no tenemos a ningún niño que haya caido del cielo para que me sujete el coche (clara referencia a Superman XD ).
Yo: va, lo peor que puede pasar es que se quede a tres ruedas.
Hermano: sí y el pico de este lado cayendo al suelo.
Total, que le pega un tirón a la rueda y la consigue sacar (el gato aguantó 🙂 ). A partir de ahí todo fue fácil, colocar rueda de repuesto, atornillar un poco, bajar coche, terminar de atornillar y listo.
Después, de regreso, vimos el lugar del suceso: en un giro a media pendiente había un saliente de cemento en forma de pico, seguramente al esquivar un bache el ángulo fue muy cerrado y la rueda disfrutó un roce con aquel pico.
Lo malo de todo este asunto es que era de noche, utilizábamos un teléfono-linterna (del que me preocupaba la batería) y estabamos a kilómetros de algún ser vivo que caminara a dos patas, por lo demás fue divertido y aprendí a cambiar la rueda de un R25.
Je, si los hay que ya les cuesta cambiar la rueda en condiciones normales, hacerlo sobre arena y a oscuras tiene que ser la mar de entretenío XD…
Ya te digo, nos faltó la música y la bebida XD .
Espero que Bea no pinche nunca la rueda porque no tengo ni idea por donde empezar a cambiarla 😛