Desde el trono de aquel que poseía la verdad, desplegaba sus hirientes palabras sobre los demás, desahogando aquellas otras penas cargadas de ira que no encontraban ninguna otra salida.
La soberbia emanaba de sus labios y nadie podía hacerle frente, pues era seguro que él poseía la razón, todo el mundo era consciente de ello. Pero no era justo ni equilibrado, pues aun estando en pleno derecho de poder reclamar su verdad como la única, ello no le daba ningún privilegio sobre los demás para hundirlos bajo su negra amargura.
Ausente se encontraba su humildad en aquellas intrincadas palabras que llenaban con gran sonoridad la estancia, como si todo fuese una excusa para dar rienda suelta a la violencia que, en otras circunstancias, hubiese estado fuera de lugar y le hubiesen hecho bajar del trono que tan orgulloso proclamaba como propio.
¿Te refieres a Ansón, verdad?
@Jake : no, pues hasta hace unos minutos no sabía ni quién era.
De esos hay muchos, y los hay incluso sin trono.
Un bico
Dicen que la razón es lo único que está totalmente bien repartido, todo el mundo considera tener la justa.
Saludines,
YoMisma
P.D: Espero que el que se encuentra en el trono no esté cerca de tu entorno, porque tocan las narices con las dos manos.
@Tuxina : en tiempos de crisis no hay tronos para todos…
@YoMisma : a veces algo cerca sí que me toca.
Vaya, se puso a repartir verdades como puños presuponiendo que tenía la razón! No creo que así lograra convencer a nadie…
@pausem : en realidad tenía razón, nadie dudó de ello, pero sí que se cuestionaron sus formas, que muchas veces es lo que define a la persona.