Es obvio que los asesos de un lugar público no se pueden mantener limpios las 24h del día, pues no puede haber una persona dedicada a decir: «a ver, deja que limpie esa gotita que ha salpicado». Pero en una biblioteca además de limpiar el suelo no estaría mal que sus ordenadores también fuesen limpiados….de vez en cuando.
Ahora mismo estoy escribiendo en un teclado de color hueso que en su día fue de color blanco. Pero lo más asqueroso es que entre tecla y tecla hay roña – por decirlo finamente -, esa que se forma cuando los dedos sudan – quizás por los 37ºC de la sala -. Después está el ratón, con su capa de «roña» en la parte de abajo y en sus interiores que impiden desplazarte con el con suavidad – si sólo miras el puntero sobre la pantalla parece que lo esté dirigiendo o un niño de 3 meses o un anciano con parkinson.
Tan difícil es limpiar la bola del ratón y el teclado…..que no es higiénico…..que en una Universidad no es muy orgulloso tener los teclados que den miedo tocarlos por si te pega la hepatitis.
PD: yo sí limpio mi teclado y ratón 🙂 .