Los partidos políticos querían sacar su propia tajada para la aprobación de la Ley de Economía Sostenible y por ello fue rechazada ante el congreso; no fue porque no estuvieran de acuerdo sino que chantajearon al gobierno de turno pidiendo sus rectificaciones que le beneficiaban a ellos, que no a los ciudadanos.
También se destapó lo que llamaron Sindegate, unas filtraciones de WikiLeaks que demuestran la participación de EEUU en la formación de la polémica ley.
Pero daba igual, era cuestión de tiempo que aprobasen la ley Sinde, a pesar de los esfuerzos de mucha gente de frenarla y retirarla para proponer alternativas más lógicas.
Un resumen de los efectos de dicha ley, que no todo es por el tema de las descargas, sino más bien por la capacidad de censurar páginas web (aunque algunos desde sus mansiones en Miami no sepan entenderlo), lo podemos escuchar en la entrevista a David Bravo por parte de RTVE.
Todo esto se resumen en que da igual que digamos que esto es una democracia, porque la gente con influencia y dinero es capaz de pasar por encima de los derechos de millones de personas, a pesar de que en otros sitios las cosas funcionan de diferente forma.
Aquí nos suben la edad de jubilación y los impuestos, nos reducen los beneficios sociales, facilitan el despido, fomentan la economía sumergida y subvencionan a los bancos con dinero público por su mala/nula gestión. A esto último detallar que, si bien al final supuestamente los bancos nos devolverán el dinero, el interés que les cobraremos será ridículo comparado al que tendremos que pagar para devolver el rescate que igual nos hacen comer desde la UE.
La panda de **brones que ostentan cargos públicos de relevancia que no hacen más que derrochar dinero y gestionar inadecuadamente ciertas instituciones públicas para después tener el pretexto de privatizar y así garantizar su futuro una vez terminada su andadura política, toca un poco la moral, sobretodo a aquellos que se pelan el culo todos los días para tener algo que comer durante el mes.
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