Viene insistiéndome con que le consiga uno desde hace ya algún tiempo y, ahora que se acerca su cumpleaños, su insistencia se ha intensificado.
Intento explicarle que no es algo que se pueda comprar así por las buenas, que en muchos lugares es ilegal el solo hecho de que te vean con él, pero parece que a ella le da igual, le hace mucha ilusión.
Incluso intento razonarlo con ella preguntándole para qué quiere uno, que seguro que le va a dar un uso ilícito y seguramente seré yo el que salga mal parado, fijo que con moratones, pero no hay forma de que entre en razón.
Al final, por curiosidad, miramos por Internet a ver si vendían y a qué precio, y la verdad es que no salen caros y garantizan unos buenos resultados pero, definitivamente, son ilegales y considerados como arma blanca en España.
Así que voy a ver si se conforma con un martillo al estilo Old Boy en vez del puño americano al estilo Hit Girl.
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